Aquells episodis en que tothom parlava del temps que feia.





divendres, 27 de gener del 2012

Gener de 1834. Cal refiar-se dels pronòstics?

Cal refiar-se dels pronòstics del temps? Cada cop són més acurats i són més fiables però cal anar en compte i saber que petits matisos poden fer canviar previsions a curt termini, tot això sabent que el nostre coneixement de la dinàmica atmosfèrica no és perfecte.

Buscant a la hemeroteca de l'Arxiu Municipal de Història de Barcelona i fullejant el Diario de Barcelona, em vaig trobar una carta al director, publicada el 1 de Febrer de 1834, que em va fer somriure pensant en molts d'aquells que actualment estan més pendents de les previsions dels models meteorològics que del que passa en la realitat, arribant a l'absurd de qüestionar la realitat perquè no compleix el que deien els models.


Cal dir que el lector que va escriure la següent carta parla dels pronòstics que a primers d'any publicava el Diario de Barcelona en una mena de calendari que avui podríem assimilar amb el conegut Calendario Zaragozano o les Cabañuelas que actualment sabem que tenen una fiabilitat nul·la però que fa dos segles, i més si anava avalat per un diari de prestigi, la gent hi parava atenció.

Ara riem del pobre infeliç i del seu ridícul però pensem com ens veuran d'aquí a 200 anys si poden llegir alguns articles publicats en premsa o algunes opinions inserides en fòrums:


"Ah si yo hubiese dado crédito á su Diario, Sr. Editor! Cierto no me hubiera sucedido el chasco que me ha acaecido estos dias. Pero á lo hecho no hay remedio.

Fué el caso que quiso la mala fortuna que estando solo en casa al anochecer de uno de los primeros dias de este año arreglando los papeles de m mesa me viniese a las manos un periódico, y leyéndolo topé con un pronóstico de las afecciones atmosféricas que tendremos durante el mismo. El año anterior lo habia ya leido, y noté tambien la contienda que se movió con ello, mas no hice caso n entendí la menor cosa, porque para mi la astronomía es cosa del otro mundo, y disputas en estas ciencias es á mi inteligencia como si hablaran en griego; pero este año el encontrarme en los mismos dias que comprendia aquel pronóstico y mi natural curiosidad me impulsaron á observarlo.

Cabalito, dije entre mi, no puede venir mas á pelo, pues soy amigo de saber lo futuro; y así no dejaré de darle una ojeada diariamente para saber de antemano que vestido he de ponerme. Efectivamente todos los dias mi primera diligencia al levantarme era mirar la funcion del teatro y el pronóstico del tiempo; y estábamos ya en el dia 25 último cuando habia reparado que la mayor parte de los pronósticos no se verificaban muy cabales; y he aquí que discurriendo sobre esto leo en aquel cálculo: dia 25 de enero: lluvia cierta y nieve en las montañas: 26 id. El de hoy no faltarà, me dije á mismo, pues me lo aseguran de cierto: venga un paraguas, pues aunque no se ve nube alguna, tal vez esta lluvia vendrà repentinamente, y en un momento pueden llegar las nubes (que ya estarán por el camino) y tener el agua encima.

Salgo de casa muy satisfecho con mi paraguas aguardando por momentos el chaparron sin hacer caso de la risa que causaba en la gente el verme por las calles de aquel modo en tiempo tan sereno; y lo cierto es que volví á casa tan enjuto como habia salido. Lo mismo sucedió el dia 26. Pasmado quedé al ver que no habia llovido, sin atinar como podia faltar una cosa tan cierta, y leyendo con mas atencion aquel cálculo por parecerme que yo debia de haberme equivocado, hallé en la testera del pronóstico que no debia estrañarse si este se verificaba con uno ó dos dias de diferencia. Ya está entendido, dije en mi interior, si el cálculo se verifica dos dias despues serán el 27 y 28 en lugar de 25 y 26 los dias en que corresponde la lluvia.

Anduve cargado con el paraguas sin fruto todo el dia 27. Llegó por fin el 28 en que infaliblemente debía llover. Salí tambien con mi paraguas, y en llegando al anochecer viéndome ya el agua encima no vacilé en abrirlo aguardando por instantes la tempestad. Aquí es el caso, y fortuna que anduve por calles estraviadas, sino creo que me hubieran apedreado; tal era la risa que escitaba en los que me encontraban. Los muchachos iban tras de mi; el uno me llamaba loco; otro decia: Dios nos mantenga el juicio, y el que me hacia mas favor creía que era una humorada ó que habia hecho una apuesta.

Quiso la casualdad que diese con mi amigo Leonardo, el cual santigüándose me dijo:

- Hombre estas sin seso, adonde vas con el paraguas abierto?

- Bella pregunta! Pues no va a llover? Dije yo.

- Tu estas soñando, amigo: ¿no observas que sereno está el cielo mas de qunce dias ha, que jamás se ha visto mejor invierno que este, que parece que estamos en primavera, que no hace frio, ni viento, ni hay la mas leve señal de lluvia?

- Bien, pero yo sé de cierto que hoy ha de llover; porque::: no te acuerdas de aquel pronóstico que te enseñé algunos meses atrás?

- Y bien, ¿que dice?

- Cómo qué dice? No es cosa: que hoy llueve, y aun mas que dice cierto.

- Pero si no hay señales de lluvia?

- Y que mas señales sino que aquel cálculo lo dice? Para estamparlo en letra de molde, á buen seguro irán con pies de plomo.

- Ello será lo que fuere; mas yo te aconsejo que recojas el paraguas y te vengas conmigo, no sea caso que te conduzcan á dormir á la casa de locos, y que en adelante no dando asenso á vanas predicciones en que no han dejado de incurrir hombres de talento, no salgas con el paraguas hasta que veas que está lloviendo ó muy próximo á ello, que es el pronóstico mas cierto que te puede dar un amigo.

En esto estábamos ya los dos rodeados de gente y en particular de una infinidad de muchachos burlándose de mi, cual se ponia debajo del paraguas, cual pedia una capa para guardarse del agua; y mi amigo viendo aquella baraunda y aprovechándose de la confusion en que me habian puesto sus razones y tanta gente como acudió á nuestro alrededor, me cerró el paraguas, y cogiendome del brazo me acompañó bonitamente hasta mi casa con toda la turba de muchachos que hasta la puerta no me dejaron.

Era tal mi preocupacion que todavía en mi casa salia cada rato á la ventana para observar si llovia, hasta que dieron las doce de la noche hora en que ya no habia mas recurso. Entónces fué cuando acabé de desengañarme, y recorrí en mi imaginacion lo que habia hecho, y lo que me acababa de suceder, y la burla, y los muchachos y el encuentro de mi amigo que me libró de que acabáran de tenerme por loco.

Este es el caso que me acaeció el dia 28 de enero de 1834.

Yo desdichado de mi no entiendo pelota en atracciones, ni me meto en órbitas, densidades, masas, elipses ni cosa que se les parezca: mi padre me enseñó á leer y escribir, un poco de gramàtica castellana, y un si es no es de la latina: creo de las ciencias naturales lo que me demuestran los sentidos: la esperiencia es en todas las cosas mi única guia. Ahora esta me ha enseñado que tenian mas que sobrada razon los escritores que el año anterior impugnaban en este Diario eso de pronósticos; pero yo no hice entónces caso de aquellos: aun digo mas, sin el menor escrúpulo creí dichos pronósticos viendo la energía con que se pretendia defenderlos, y como no entiendo palabra en ciencias ni cosa que huela á ello, casi llegué á figurarme que eran patochadas lo que defendian los impugnadores de aquel cálculo como dijeron los otros.

Cáspita! Y que mas patochada que asegurar una cosa falsa? Y como diablos no han hecho venir la lluvia para salr de la responsabilidad en que se constituyeron con aquel vaticinio? Buena guia habrán tenido los navegantes que hayan arreglado los viajes con dicho cálculo. Lo cierto es que fué invisible como sucede con muchos eclipses: y aun no hablo de la nieve en las montañas, porque tal vez querrá decir en los Pirineos y en los Alpes ó en otras montañas en las que acostumbra haberla todos los inviernos.

De hoy mas me rio de adivinanzas que se hayan de escudriñar por entre los cuernos de la luna, y no hago el menor caso de cuantos cálculos ciertos ó inciertos puedan ofrecérseme; pues si esto sucede con los ciertos ¿que tal saldran los inciertos? Y para que este caso sirva de advertencia á otros, y puedan seguir todos el consejo de mi amigo que es verdaderamente cierto, he puesto mano á la pluma, sin que se deba estrañar que meta el pie en materias astronómicas no entendiendo un pelo de esta ciencia, pues para referir sencillamente un caso tan cierto como el que ha pasado basta.

Un cualquiera."

dijous, 12 de gener del 2012

Hivern 1829-30. Fred i revolució.

La primera meitat del segle XIX és un període molt convuls en molts aspectes. Com explica Ramon Arnabat en l'estudi La revolució liberal a Barcelona. Política de classes i classes de política, publicat als Quaderns d'Història: "Entre 1808 i 1868 es produí a Barcelona i arreu del país un complex procés que portà d’un sistema polític absolutista a un altre de liberal, com a culminació d’un procés més llarg que havia iniciat la transformació d’una economia senyorial a una economia capitalista –i industrial en el cas de la ciutat–, i d’una societat estamental a una societat de classes. Aquest procés comportava una revolució a termini mitjà, la revolució burgesa (domini de les relacions socials capitalistes a nivell econòmic i de la burgesia a nivell social), i una revolució a curt termini, la revolució liberal (implantació d’un sistema polític liberal)."

El final de la dècada de 1820 porta una sèrie de revoltes contra el govern absolutista, encarnat per Ferran VII, que havia instaurat una política de repressió que xocava contra una moviment liberal que, desfermat amb la Revolució Francesa, havia calat fons tant en la burgesia com en la població en general. Així entre 1827 i 1828 te lloc la revolta dels Malcontents, que seria el precedent de les guerres carlistes. Tot aquest procés revolucionari abasta tot l'àmbit europeu amb la Revolució de 1830 o de Les Tres Glorioses.

L'any 1830, Barcelona era una ciutat en creixement continu que s'acostava als 150.000 habitants i que rebia immigrants atrets per les oportunitats de treball. En poques dècades es van ocupar els camps del Raval per habitatges provocant una densitat de població molt alta en una ciutat encara encerclada per les muralles.

Gravat de 1830, publicat a Fotosdebarcelona.com, amb una vista de Barcelona des del turó del Carmel on es pot veure l'atapeïment urbà envoltat dels camps del que més endavant seria l'Eixample.

Tot aquest període revolucionari va venir emmarcat en uns anys, meteorològicament parlant, bastant frescs i podríem dir que el punt d'inflexió va ser el hivern de 1829 a 1830 que serà recordat com un dels més freds dels darrers segles i que va afectar a tota Espanya provocant pèrdues als conreus de taronja a Alacant i a les plantacions de cultius tropicals a Andalusia. Font Tullot, al llibre Historia del Clima en España, ens fa una anotació respecte als hiverns d'aleshores: "Es interesante observar la importancia que en esa época tenían los cultivos tropicales en el litoral mediterráneo meridional (café, plátano, algodón, chirimoya y caña de azucar), sin que se dispusiese de las protecciones de plástico como ocurre hoy en día. Ello demuestra que a pesar de las ocasionales pérdidas de las cosechas por los fríos, la frecuencia de los inviernos templados superaba a la de los fríos, en medida suficiente para que tales cultivos fuesen rentables, lo que concuerda con la recuperación térmica general de los siglos XVIII y XIX que, con los inevitables altibajos, siguió a la Pequeña Edad Glacial." Pàg. 109.

La tardor presenta temperatures dins de mitjana climàtica de la època, fins i tot més suau del que acostumava amb uns episodis de pluges torrencials a l'Octubre que causen inundacions a molts indrets de la costa i prelitoral català.

El fred hivern que s’acosta ensenya les seves urpes amb una onada de fred el 18 de Novembre. El cel seré i l’ambient sec no son obstacles perquè les temperatures caiguin de forma prematura a valors de rigorós hivern entre el 18 i el 20 amb màximes a Barcelona ciutat de només 5ºC i mínimes de poc més de +1ºC. Passada l’onada de fred, les temperatures tornen a valors normals amb oscil·lacions poc ressenyables.

No hi ha cap noticia meteorològica fins el 20 de Desembre quan l’ambient es torna molt fred amb temperatures entre 3ºC i 5ºC i pluges o plugims que la nit i matinada del 21 al 22 de Desembre podrien ser en forma de neu o aiguaneu a Collserola ja que a les 7 del matí del dia 22 plou amb 4,1ºC a Barcelona ciutat.

El fred s’instal•la a Barcelona i el 24 de Desembre torna a plovisquejar amb una temperatura força freda a les 2 de la tarda de 5,1ºC a la ciutat. La temperatura, lluny de remuntar, segueix baixant i el dia de Sant Esteve, 26 de Desembre, comença a nevar de matinada i continua part del matí. La temperatura no passa de 3ºC en tot el dia. De nit el cel queda seré afavorint el refredament nocturn i posant en evidència l’origen continental de l’advecció. El dia 27 s’aixeca el dia amb una forta glaçada i en prou feines passa de 1,5ºC durant el dia. De nit ja torna a glaçar. La onada de fred i l’ambient seré donen uns dies gèlids fins final d’any i cal fer notar que a Barcelona ciutat les temperatures van estar sota zero entre la tarda del 27 de Desembre i el migdia del dia 30. Més de 60 hores glaçant, circumstància insòlita a Barcelona i que només les grans adveccions fredes han provocat.

Les temperatures d’aquella setmana son les següents:

Cal destacar que aquestes no son màximes ni mínimes sinó temperatures a les hores de la observació. La mínima de l’episodi a Barcelona va ser de -4,5ºC el dia 29, que representava la temperatura més baixa mesurada mai a Barcelona des del inici de les observacions el Gener de 1780. El fred molt intens era evident i és fàcil suposar que al Tibidabo es deuria baixar àmpliament dels 5 graus sota zero. Per acabar el mes, una massa d’aire més humit i lleugerament més temperat deixa una nevada durant el dia 31 de Desembre. No hi han informacions de que fos una nevada destacable però gairebé segur que va agafar al terra.

Com ja he comentat, la onada de fred va afectar de forma gairebé general a la Península i de forma més contundent a la façana mediterrània. Al País Valencià les pèrdues de les collites de cítrics son gairebé generals i els danys als arbres son molt importants, situació que també es dona al Maresme, llavors amb molts cultius de tarongers. A Tarragona hi han informacions de una mínima de -6ºC i de gel al Francolí i, fins i tot, a la mateixa platja. A Tortosa es treu el pont de barques per haver començat a glaçar-se l’Ebre. Fins i tot a l’actual Costa del Sol els danys als cultius tropicals són importants a la població d’Almuñecar.

La onada de fred que va començar pels volts de Nadal de 1829 segueix amb força durant gran part del mes de Gener. Els primers dies son molt freds amb màximes que en prou feines arriben als 5ºC i les mínimes al voltant de 0ºC. El cel seré o amb pocs núvols delata l’origen de la massa d’aire extremadament fred que envaeix Catalunya com a una advecció àrtica continental, vulgarment coneguda com onada de fred siberià.

A partir de Reis la temperatura puja un parell de graus en conjunt però una nova glopada freda entra el dia 10 de Gener fa caure el termòmetre un altre cop sota zero. El dia més fred és el 14 de Gener quan el Dr. Pere Vieta anota a les 7 del matí -1,5ºC a la casa Brusi, seu del Diari de Barcelona, al centre de Barcelona. El mateix dia a les 2 de la tarda estan a 1,9ºC i per la nit el gel domina el panorama, igual que al dia següent. Sempre el cel clar acompanya aquest ambient glacial.

Les noticies que arriben de la resta de Catalunya i de França dels efectes de l’intens fred ens parlen de morts a molts llocs, especialment soldats de guàrdia i pagesos, i altres circumstàncies menys luctuoses com és el congelació d’aliments dins dels rebosts (pa, vi, carn i altres), fins i tot el riu Roine es glaça prop de la seva desembocadura, cosa que no passava des de feia 30 anys, segons el Diari de Barcelona. El fred continua durant tot el mes de Gener, tot i que no tan contundent, fins el dia 22 quan, per primer cop en tot el mes, es supera el llindar dels 7ºC i les temperatures, segons les mitjanes de la època, comencen a normalitzar-se. La causa és l’arribada d’una massa d’aire temperada i humida amb vents més meridionals i pluges. Aquest ambient es manté fins a finals de mes quan arriba una nova onada de fred i, en aquest cas, amb neu abundant.

Estampa del mercat ambulant que s'establia a la plaça Nova, a tocar de la Catedral, als voltants de 1825. Imatge extreta de la Cartoteca Digital de l'ICC.

Com deia, el darrer dia de Gener de 1830 les temperatures acusen una forta baixada durant el dia però és el dia 1 de Febrer quan es cobreix el cel i arriba la neu per posar la rúbrica a un hivern memorable pels qui els agrada el fred.... que en aquella època no eren molts.

El Diari de Barcelona del dia 3 ens fa la crònica de la nevada: "En la tarde del día 1 de este mes durante el espacio de unas cuatro horas nevó con bastante abundancia. A las 11 y media de la noche se dejaron ver en la noche grupos muy blancos y en seguida empezó á caer un denso granizo de bastante volumen. A las 12 se oyó un horroroso trueno al cual siguió otra granizada y otros truenos poco ruidosos, y luego volvió á nevar con bastante fuerza, habiendo durado hasta las 6 de la mañana de ayer, en cuyo día, á escepción de algunos intervalos, ha granizado y nevado sucesivamente hasta las 5, pero con suavidad". Durant l’episodi que narra la temperatura va oscil•lar entre els 0 i els 2 graus centígrads.

La nit del 2 de Febrer va asserenar-se i la glaçada del dia 3 va ser contundent ja que a les 7 del matí hi havia -1,5ºC, fet que va ajudar a mantenir la neu caiguda. Però l’episodi de neu no acaba aquí i és que el mateix dia 3 de Febrer, al vespre o la nit, torna a nevar, neu que segueix caient potser amb intermitències i malgrat no disposar d’informacions de gruixos de ben segur que s’afegia a la neu acumulada els dies anteriors. La nevada segueix fins la tarda del dia 4 de Febrer.

La nevada va trasbalsar la vida de la ciutat. La retirada de la neu dels terrats per evitar que el pes pogués ensorrar els edificis era un problema pels que caminaven pel carrer, doncs la caiguda d'algun bloc de neu compactada representava un perill, i les acumulacions de neu evitaven el pas de carros i carrets pels estrets carrers de Barcelona. Per altra banda el llançament de boles de neu pot fer gaudir d'una estona agradable però pot esdevenir en una activitat molesta pels que no hi participen.

Per aquests motius les autoritats es veuen obligades a controlar les circumstàncies atípiques que s'estan vivint de manera que el Diari de Barcelona escriu en primera pàgina una ordenança de l’ajuntament: "Las repetidas desgracias que han ocasionado la caida de canelones, vulgo caramells, y el amontonamiento que algunos vecinos han hecho en medio de la calle, de la nieve que han estraido de los terrados y zaguanes de sus casas, en contravencion á los bandos de policia, han llamado la atención del Escmo. Ayuntamiento, y precisado á tomar una medida general no solo para evitar tamañas desgracias siempre que ocurra un invierno como el presente, si que también para que las calles puedan transitarse con la más posible comodidad, y que queden libres de las nieves, y del barro que estas ocasionan permaneciendo en ellas largo tiempo...." i emet una sèrie de normes d’obligat compliment.

El fred intens va seguir un parell de dies més i el dia 7, de forma ràpida, una nova massa d’aire fa pujar les temperatures als valors normals de Febrer, acabant així un dels hiverns més freds del segle XIX.

Pati de monestir en la neu, del pintor alemany Karl Friedrich Lessing. La pintura és de 1830 durant aquell fred hivern.

Per situar degudament el hivern de 1829-1830 cal anar a les dades. La sèrie de temperatures més llarga del mon és la de l'Anglaterra Central (cliqueu per la gràfica) iniciada el 1659. En aquesta regió europea, aquest hivern no destaca de forma clara tot i ser un dels que la mitjana és bastant baixa. En canvi, a Barcelona, amb dades des de 1780, és el hivern més fred de la primera sèrie de temperatures (1780-1834) presentada pel Dr. Agustí Yañez.

La mitjana d'aquest hivern va ser de 6,9ºC quan la mitjana hivernal de 1780-1834 va ser de 10,1ºC, superant per molt al segon hivern de la sèrie que és el de 1807-1808 amb 8,1ºC. Si la comparació la fem amb totes les dades disponibles de Barcelona fins als nostres dies, el hivern de 1829-1830 és el segon més fred des que es prenen dades, només superat pel de 1890-1891, del qual ja he parlat en un tema d'aquest bloc.

Fred i revolució, dues paraules que moltes vegades a la història han anat juntes.

dimecres, 4 de gener del 2012

Octubre de 1850. Atmosfera traïdora.

La passió per volar és inherent als homes des que el primer humà va aixecar la vista al cel, per tant, buscant per la història de la aeronàutica trobem molts tipus d'enginys per poder moure's per sobre de la terra. A finals del segle XVIII els germans Montgolfier es van convertir en celebritats amb el seu globus aerostàtic d'aire calent amb la exhibició el 4 de Juny de 1783 a Annonay, la seva vila natal, del primer enlairament històricament reconegut d'un globus no tripulat.

L'èxit els va portar a fer demostracions publiques arreu d'Europa i així el mes de Gener de 1784 van fer probes d'enlairament a Barcelona envoltats de molta expectació. Durant diversos dies des del 15 de Gener de 1784 hi han diversos intents amb la "Gran maquina aerostatica", en paraules del Baró de Maldà, de les quals el noble català ens explica al seu dietari Calaix de sastre dient que la causa de que no pugui pujar és el vent fort de ponent que bufa aquests dies a la capital catalana. Finalment aconsegueixen enlairar-lo el 30 de Gener a les vuit del matí.

Quadre de Antonio Carnicero de l'enlairament d'un globus Montgolfier a Aranjuez el mes de Juny de 1784. El globus és idèntic al que van veure els barcelonins uns mesos abans.

Aquesta fita va marcar la recerca en el camp de la aerostàtica durant el segle XIX. Per aquest motiu, molts intrèpids van arriscar-se amb vols que no sempre van acabar de la millor manera. Tot seguit us porto la crònica, podríem dir malson, d'un d'aquests pioners, el Sr. Orlandi que degut a una atmosfera molt revoltada amb canvis de vent sobtats va estar a punt de perdre la vida quan el seu globus va caure al mar enfront de la costa de Badalona el dia 27 d'Octubre de 1850.

La noticia va ser publicada al Diario de Barcelona dos dies més tard, el dia 29 d'Octubre, quan se'l va localitzar:

"Hasta ayer por la mañana no se tuvo noticia cierta del paradero del intrépido aereonauta señor Orlandi.—La Providenció le salvó de una muerte que parecía casi inevitable, despues de haber luchado con toda clase de peligros, pues en poco estuvo que no pereciese en lugar desconocido y sin auxilio humano, como el infortunado Mr. Arban. Contra todo lo que se aseguraba, y contra todas las conjeturas de probabilidad, su globo vino á caer, segun su cálculo, sobre unas dos millas mar á dentro, á alguna distancia de frente la playa de Badalona.

Segun relacion de una persona respetable amiga del señor Orlandi y que ayer le estuvo acompañando durante toda la tarde, el globo llegó hasta colocarse sobre las montañas de Vallvidrera; pero envuelto despues en la densa nube que le ocultó de la vista de la multitud, empezó para el osado viagero una série de espantosos sufrimientos. Su rostro y toda la ropa que llevaba puesta se cubrieron de una gruesa capa de nieve, mientras que un fuerte granizo, acompañado de relampagos, le molestaba de continuo.

L'enlairament de globus durant el segle XIX eren tot un espectacle a tot arreu.

Probó de ir ascendiendo y sobre la nube vió otra vez el sol, pero observando que cambiaba el viento en la direccion del sudoeste, y que aquella habia cobrado una gran estension, resolvio hacer uso de la válvula para caer sobre la tierra, que no podia absolutamente distinguir.

El viento le arrastraba con una rapidez estraordinaria, y aunque el descenso era muy veloz, vino á caer dentro del agua, quedando completamente sumergido entre las olas por un breve instante, pero agarrado de las cuerdas del globo, pudo apoyarse en el mismo, luchando con crueles angustias.—El creia haber distinguido no lejos del punto en que se hallaba un vapor y alguna otra embarcacion, pero pronto se convencio que por lo alterado de la mar no era fácil que esperase socorro por aquella parte.

Una, dos, tres, cuatro horas se pasaron de una ansiedad que rayaba en la desesperacion. Milagrosamente las mismas olas, que cada vez cobraban mayor embrabecimieato le arrojaron á la vecina orilla á eso de las diez de la noche.—Toda la maquinaria y aparato estaba completamente destruido; pero el globo seguía aun intacto, y él, un hombre solo, con las piernas dentro del agua, hacia esfuerzos sobrehumanos para salvar el resto de toda su fortuna y que le costaba unos tres mil duros. Pero quiso la fatalidad que así como un golpe de mar lo había tirado á la playa, otro golpe igual se llevó tras sí el globo sin que aya vuelto á aparecer.

El señor Orlandi permanecio largo rato tendido sobre la arena, estenuado por el frio, la agitacion y las imponderables fatigas que había tenido que soportar.—Cuando recobró algun tanto de aliento, se levantó como pudo, y á tientas se encaminó por el primer sendero que le deparaba la casualidad en busca de un albergue en donde pasar la noche.

Empero habia ya caminado cosa de una milla sin lograr su objeto, cuando los ladridos de un perro le hicieron presentir que no estaba léjos de alguna habitacion.—El perro pertenecía á un carabinero, quien al principio le tomaba por un contrabandista, y le dió el «quién vive» preparando su arma.

Globus aerostàtic enlairat l'any 1856 pel físic i matemàtic francès Adolphe Ganot.

Por fortuna la voz conmovida del señor Orlandi, le dió á comprender que no era un defraudador de los derechos de la Hacienda, sino una persona victima de fatal desgracia.—Reconociole por el hombre del globo, condoliose de su situacion y le acompañó á una casilla del resguardo, en donde él mismo y sus compañeros le socorrieron, y despues le acompañaron hasta Badalona.

En esta villa se le proporcionó ropa y un cómodo hospedaje, pero a pesar de todos los buenos cuidados que se le prodigaron, el señor Orlandi no pudo entrar en calor hasta ayer por la mañana, en que dió aviso á sus amigos de que pasasen á buscarle.

El señor Orlandi seguia ayer noche en esta ciudad bastante indispuesto, pero no presenta síntoma alguno alarmante. Aunque de avanzada edad, tiene presencia de espíritu y es muy robusto. Los brazos y alguna parte de su cuerpo estaban, segun se nos aseguró, muy acardenalados.

Los consuelos de la amistad, sin embargo, podian á duras penas templar el amargo desconsuelo de que se hallaba poseido. Es ciertamente una situacion bien lastimosa la de ese hombre á quien acompaña una antigua celebridad, la de verse espuesto á los mas espantosos percances, despues de haber emprendido su viage sin poder realizar de mucho los crecidos gastos que este le ocasionaba, y para colmo de infortunio perder de un soplo su fortuna con la desaparicion del globo.

Compadecemos de todas veras su triste y dolorosa posicion. La atmósfera de Barcelona es de mal sino para los aereonautas. ¿Quién querrá ahora emprender nuevas ascensiones á la vista de las murallas de esta capital, al recordar la desaparicion de Mr. Arban, y los lamentables contratiempos de que acaba de ser juguete el señor Orlandi?"