Estem a finals del segle XIX, en una Barcelona que es prepara amb força per un dels seus grans canvis, la Exposició Universal de 1888. Malgrat l'esdeveniment, la ciutat presenta moltes mancances i sovint les queixes quotidianes són la brutícia i els carrers sense empedrar, circumstàncies que no fan per una ciutat que molt aviat serà visitada per molts estrangers.
En aquest ordre de coses, la meteorologia canviant i revoltada dels darrers anys del segle XIX sovint provoca més d'un trasbals.
Desembre, al volts de Nadal es baixa fins a -3,5ºC al centre de Barcelona, i Gener, el dia 2 marca una mínima de -5,8ºC a la Universitat, van ser molt freds i moguts. Com a mostra el temporal de vent de mestral que al voltant del dia 10 de Desembre crea problemes a la vida de la ciutat i afecta a les construccions emblemàtiques de la època: “Varios desperfectos ha ocasionado el fuerte viento qua se ha desencadenado estos últimos días en nuestra ciudad.
Se ha derrumbado parte de la cerca del monumento á Colón.
Algunos de los edificios que se están levantando en la Exposición han sufrido tan grandes desperfectos, que tendrán que reedificarse.” LV. Ed. Tarda. 11-12-1886.
Febrer, al contrari, comença molt temperat i estable durant la primera setmana però no dura gaire. El dilluns dia 7 canvia radicalment: “Ayer tarde el tiempo se puso muy malo, como si hubiésemos retrocedido á primeros del mes pasado. El viento era sumamente incómodo y frío, amenazando además lluvia, que no llegó á caer.” LV. Ed.Tarda. 08-02-1887.
Això era el preludi del que passaria uns dies més tard. El dia 10 de Febrer cau una intensa nevada a tota la ciutat i rodalies que va agafar ràpidament i es van acumular, segons alguna informació, fins 3 pams de neu. La nevada va començar cap a les 3 de la tarda, dèbilment, però la matinada del 10 al 11 es va intensificar molt i els flocs queien espessos i abundants.
La Vanguardia ens explica així el panorama al dia següent:
“Esto no es Barcelona, sino Siberia.
El frío y la nieve lo invaden todo y nos envuelven y aprisionan en una atmósfera que hiela.
Indudablemente los nacidos no recuerdan otra nevada semejante en la condal ciudad.
La nevada del 9 de marzo de 1883, que nos parecía la más fenomenal de las que podían tener lugar en Barcelona, queda reducida á un conato, comparándola con la actual. La del 54 tampoco alcanzó los honores de la de 1887.
Los edificios están decorados con cenefas blancas, coronándolos asimismo gran cantidad de nieve. En un terrado la hemos medido esta mañana y tenía más de tres palmos de espesor. ¡Qué frío!
Se ha paralizado todo el movimiento de esta industriosa ciudad; no circulan tranvías, ni coches, ni carros. El puerto está hoy desierto y tranquilo como si el día fuese festivo. Por las calles solo transitan los curiosos y los que, como nosotros, pobres periodistas, no podemos quedarnos en casa. También algunos, por amor al arte, contemplan el espectáculo que ofrece la naturaleza. En el Parque hemos visto algunos artistas que tiritando de frío y desafiando las inclemencias del tiempo, sacaban preciosas vistas de la nevada. En las plazas-mercados hay pocas vendedoras, escaseando la hortaliza.
La sociedad «Cervantes», suspendió el baile que debía haber celebrado anoche en el teatro Romea.
En nuestras calles apenas se puede transitar pop la gran cantidad de nieve, habiéndose tenido que abrir paso para poderlas atravesar. Los vecinos se daban prisa esta mañana en quitarla de los arroyos. En París la derriten por medio de la sal.
Ha continuado nevando toda la noche y á esta hora, las once de la mañana, aun caen abundantes copos. Desde las tres de la madrugada á las siete de la mañana la nevada ha sido copiosísima. El caso es que coloca á Barcelona en situación crítica, pues los edificios han de sostener extraordinario peso.
La misma nieve que cae impide ver las montañas vecinas. Cuando el tiempo se serene ofrecerá un espectáculo sorprendente ver Barcelona rodeada por tanta nieve. En las afueras su espesor mide unos cuatro palmos. Y como hemos dicho, aun continúa nevando, pero empieza á clarear el sol.
El pasatiempo obligado de los chiquillos en los actuales momentos, es hacer bolas de nieve y á guisa de proyectiles arrojárselos mutuamente. Otros se entretienen en hacer grandes montones con aquellos copos blancos y ligeros, y ensayan la confección de obras artísticas, y como ignoran lo perjudicial que es para la salud tal entretenimiento, copiamos de un colega local las siguientes líneas para que no se olvide lo que en las mismas se indica:
«Muchas son las personas que se entretienen haciendo bolas de nieve. La ocupación es peligrosa, por las enfermedades que con frecuencia desarrolla. El tocar la nieve largo rato, produce reumatismos, flujos de sangre por la boca, resfriados y otras alteraciones de la salud. Debe, pues, abandonarse aquel pasatiempo como dañino.»” LV. Ed. Tarda. 11-02-1887.
La nevada va continuar fins la nit del dia 11. La ciutat va quedar paralitzada i durant força dies les tasques de neteja de la neu ocupaven a l’ajuntament i a molts particulars. El dia següent, dia 12, millora el temps, la temperatura puja lleugerament i plou: “El buen tiempo que presagiamos sucedería á la nevada ha venido ya, y en su consecuencia ayer empezó el deshielo de la nieve, de suerte que caía agua de todas partes, haciendo preciso el llevar paraguas.
Por la tarde llovió regularmente, repitiendo la lluvia por la noche. Sin embargo, como la nevada ha sido de ordago, aún continúa existiendo gran cantidad de nieve.” LV. Ed. General. 13-02-1887.
A La Vanguardia es fa un càlcul del pes de la neu per metre quadrat gracies a que a La Maquinista Terrestre y Marítima hi ha una bàscula de un metre quadrat que va quedar coberta de neu. El pes era de 6 arroves que és l’equivalent a 68 kilograms de pes de la neu cada metre quadrat.
El 13 de Febrer és molt fred i els núvols dominen al cel. Pel matí cau aiguaneu que poc a poc es va transformant en pluja tot i que és molt possible que seguís nevant a llocs alts de Collserola. El desgel continua.
Mentrestant arriben noticies de grans nevades també a les costes de Tarragona i València així com que a Madrid no va caure ni un floc, a Barcelona millora el temps, ja no plou ni neva, i l’ambient cada dia és un pel més suau que l’anterior i a partir del dia 17 les temperatures estan plenament normalitzades.
Un cop passat aquest episodi històric, els últims dies de Febrer són molt suaus, amb mínimes al voltant dels 10º, i amb pluges, situació que fa queixar-se a més d’un per l’estat dels carrers de la ciutat: “Para no perder la costumbre, también las nubes nos regalaron ayer agua en abundancia, especialmente durante la madrugada. No se quejarán este año los agricultores.
En cambio los barceloneses nos vemos obligados á levantar el grito al cielo, á consecuencia de la gran cantidad de barro que invade nuestras calles.” LV. Ed. General. 17-02-1887.
Tot seguit un recull d'imatges de la que quedarà com la nevada més memorable del segle XIX.
En aquest ordre de coses, la meteorologia canviant i revoltada dels darrers anys del segle XIX sovint provoca més d'un trasbals.
Desembre, al volts de Nadal es baixa fins a -3,5ºC al centre de Barcelona, i Gener, el dia 2 marca una mínima de -5,8ºC a la Universitat, van ser molt freds i moguts. Com a mostra el temporal de vent de mestral que al voltant del dia 10 de Desembre crea problemes a la vida de la ciutat i afecta a les construccions emblemàtiques de la època: “Varios desperfectos ha ocasionado el fuerte viento qua se ha desencadenado estos últimos días en nuestra ciudad.
Se ha derrumbado parte de la cerca del monumento á Colón.
Algunos de los edificios que se están levantando en la Exposición han sufrido tan grandes desperfectos, que tendrán que reedificarse.” LV. Ed. Tarda. 11-12-1886.
Febrer, al contrari, comença molt temperat i estable durant la primera setmana però no dura gaire. El dilluns dia 7 canvia radicalment: “Ayer tarde el tiempo se puso muy malo, como si hubiésemos retrocedido á primeros del mes pasado. El viento era sumamente incómodo y frío, amenazando además lluvia, que no llegó á caer.” LV. Ed.Tarda. 08-02-1887.
Això era el preludi del que passaria uns dies més tard. El dia 10 de Febrer cau una intensa nevada a tota la ciutat i rodalies que va agafar ràpidament i es van acumular, segons alguna informació, fins 3 pams de neu. La nevada va començar cap a les 3 de la tarda, dèbilment, però la matinada del 10 al 11 es va intensificar molt i els flocs queien espessos i abundants.
La cruïlla dels carrers Balmes i Pelai, ho reconeixem fàcilment malgrat les vies del tren de Sarrià encara a cel obert.
La Vanguardia ens explica així el panorama al dia següent:
“Esto no es Barcelona, sino Siberia.
El frío y la nieve lo invaden todo y nos envuelven y aprisionan en una atmósfera que hiela.
Indudablemente los nacidos no recuerdan otra nevada semejante en la condal ciudad.
La nevada del 9 de marzo de 1883, que nos parecía la más fenomenal de las que podían tener lugar en Barcelona, queda reducida á un conato, comparándola con la actual. La del 54 tampoco alcanzó los honores de la de 1887.
Los edificios están decorados con cenefas blancas, coronándolos asimismo gran cantidad de nieve. En un terrado la hemos medido esta mañana y tenía más de tres palmos de espesor. ¡Qué frío!
Se ha paralizado todo el movimiento de esta industriosa ciudad; no circulan tranvías, ni coches, ni carros. El puerto está hoy desierto y tranquilo como si el día fuese festivo. Por las calles solo transitan los curiosos y los que, como nosotros, pobres periodistas, no podemos quedarnos en casa. También algunos, por amor al arte, contemplan el espectáculo que ofrece la naturaleza. En el Parque hemos visto algunos artistas que tiritando de frío y desafiando las inclemencias del tiempo, sacaban preciosas vistas de la nevada. En las plazas-mercados hay pocas vendedoras, escaseando la hortaliza.
La sociedad «Cervantes», suspendió el baile que debía haber celebrado anoche en el teatro Romea.
En nuestras calles apenas se puede transitar pop la gran cantidad de nieve, habiéndose tenido que abrir paso para poderlas atravesar. Los vecinos se daban prisa esta mañana en quitarla de los arroyos. En París la derriten por medio de la sal.
Ha continuado nevando toda la noche y á esta hora, las once de la mañana, aun caen abundantes copos. Desde las tres de la madrugada á las siete de la mañana la nevada ha sido copiosísima. El caso es que coloca á Barcelona en situación crítica, pues los edificios han de sostener extraordinario peso.
La misma nieve que cae impide ver las montañas vecinas. Cuando el tiempo se serene ofrecerá un espectáculo sorprendente ver Barcelona rodeada por tanta nieve. En las afueras su espesor mide unos cuatro palmos. Y como hemos dicho, aun continúa nevando, pero empieza á clarear el sol.
El pasatiempo obligado de los chiquillos en los actuales momentos, es hacer bolas de nieve y á guisa de proyectiles arrojárselos mutuamente. Otros se entretienen en hacer grandes montones con aquellos copos blancos y ligeros, y ensayan la confección de obras artísticas, y como ignoran lo perjudicial que es para la salud tal entretenimiento, copiamos de un colega local las siguientes líneas para que no se olvide lo que en las mismas se indica:
«Muchas son las personas que se entretienen haciendo bolas de nieve. La ocupación es peligrosa, por las enfermedades que con frecuencia desarrolla. El tocar la nieve largo rato, produce reumatismos, flujos de sangre por la boca, resfriados y otras alteraciones de la salud. Debe, pues, abandonarse aquel pasatiempo como dañino.»” LV. Ed. Tarda. 11-02-1887.
La nevada va continuar fins la nit del dia 11. La ciutat va quedar paralitzada i durant força dies les tasques de neteja de la neu ocupaven a l’ajuntament i a molts particulars. El dia següent, dia 12, millora el temps, la temperatura puja lleugerament i plou: “El buen tiempo que presagiamos sucedería á la nevada ha venido ya, y en su consecuencia ayer empezó el deshielo de la nieve, de suerte que caía agua de todas partes, haciendo preciso el llevar paraguas.
Por la tarde llovió regularmente, repitiendo la lluvia por la noche. Sin embargo, como la nevada ha sido de ordago, aún continúa existiendo gran cantidad de nieve.” LV. Ed. General. 13-02-1887.
A La Vanguardia es fa un càlcul del pes de la neu per metre quadrat gracies a que a La Maquinista Terrestre y Marítima hi ha una bàscula de un metre quadrat que va quedar coberta de neu. El pes era de 6 arroves que és l’equivalent a 68 kilograms de pes de la neu cada metre quadrat.
El 13 de Febrer és molt fred i els núvols dominen al cel. Pel matí cau aiguaneu que poc a poc es va transformant en pluja tot i que és molt possible que seguís nevant a llocs alts de Collserola. El desgel continua.
Mentrestant arriben noticies de grans nevades també a les costes de Tarragona i València així com que a Madrid no va caure ni un floc, a Barcelona millora el temps, ja no plou ni neva, i l’ambient cada dia és un pel més suau que l’anterior i a partir del dia 17 les temperatures estan plenament normalitzades.
Un cop passat aquest episodi històric, els últims dies de Febrer són molt suaus, amb mínimes al voltant dels 10º, i amb pluges, situació que fa queixar-se a més d’un per l’estat dels carrers de la ciutat: “Para no perder la costumbre, también las nubes nos regalaron ayer agua en abundancia, especialmente durante la madrugada. No se quejarán este año los agricultores.
En cambio los barceloneses nos vemos obligados á levantar el grito al cielo, á consecuencia de la gran cantidad de barro que invade nuestras calles.” LV. Ed. General. 17-02-1887.
Tot seguit un recull d'imatges de la que quedarà com la nevada més memorable del segle XIX.
Les imatges pertanyen al Arxiu Fotogràfic de Barcelona i els texts periodístics a la Hemeroteca de La Vanguardia.
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